TURMALINA NEGRA

La turmalina negra permite la estabilidad emocional. Conecta con la ma­dre tierra y aleja de situaciones penosas. Evade la negatividad, el comple­jo de víctima y la ansiedad. Inyecta vitalidad, además de que es indicada como protección para todo mal. Ayuda al corazón, a las glándulas. Cura la artritis, la dislexia, la ansiedad y la desorientación. Protege de las radiaciones y de la energía negativa. Como neutralizadora de energías ambientales, en gemoterapia se aconseja la colocación de una turmalina negra en todos los ambientes donde se pasa la mayor parte del día.

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• Desde lo físico, y siempre en el terreno de la gemoterapia, la turmalina

negra actuaría positivamente sobre piel, huesos, ligamentos, cartílagos y

articulaciones, entre otras aplicaciones.

• Es la piedra de la luz. Tiene la facultad de transmutar y purificar la energía

negativa tornándola en energía sana. Permite la eliminación de las toxinas

acumuladas en el cuerpo. Alivia la parte baja de la espalda.

• Reduce los niveles de estrés pues es un magnífico amuleto.

• Está relacionada con el chakra de la raíz (1°).

• Asociación astrológica: Capricornio.

• Elemento: Tierra.

• Vibra con los números 3 y 4.